Alimentarse correctamente debe convertirse en un estilo de vida, más que en una iniciativa momentánea.

Si tu hijo ya empezó a comer todo tipo de alimentos, lo primero que debes saber es la cantidad y calidad de alimentos que tu hijo reciba.

Es importante que lleves un recuento de los alimentos que le ofreces durante su primer año de vida. Si no presenta problemas  con los sabores y texturas de la mayoría de los ingredientes, será fácil continuar con estas recomendaciones:

• El tamaño del estómago de tu hijo no se compara con el tuyo, por lo que suena lógico que las  porciones de alimentos sean menores para él.
• Sirve su plato con 10% menos de las cantidades.
• Enséñale a escuchar a su cuerpo y, acepta cuando él te pida o no más comida.
• Esa vieja práctica de “no te levantas de la mesa hasta que te acabes todo”, hace años que quedó en el.
• Pon atención cuando tu hijo haya logrado identificar su  momento de saciedad.
• Prepara en casa platillos con las técnicas de la Cocina.
• Saludable: saltea, hierve, hornea, parrilla, etc. De esta manera los platos tendrán menos grasa.
• Prefiere los alimentos naturales sobre los procesados.
• Asegúrate que tu pequeño se esté moviendo lo suficiente durante el día.
• Haz de la hora de la comida, un momento cálido y tranquilo, en el que todos disfruten y convivan.